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viernes, 13 de noviembre de 2009

CADA VEZ MENOS INTELECTUALES APOYAN AL SOCIALISMO CUBANO



Por SARAH MORENO
La transición pacífica y pactada hacia la democracia en Cuba podría no ser sólo un anhelo de la mayoría de los exiliados cubanos, independientemente del lugar del mundo donde se encuentren.
Según el escritor y ensayista cubano Rafael Rojas (Santa Clara, 1965), la mayoría de la intelectualidad occidental, incluidos muchos escritores y académicos de izquierda, comparten este deseo de una salida pacífica para la situación de la isla.
"El respaldo acrítico de la intelectualidad mundial al socialismo cubano ha ido decreciendo gradualmente en las últimas décadas. Como se vio en el 2003, a raíz de la represión de la primavera, los pocos intelectuales que todavía apoyan al gobierno cubano lo hacen, no porque compartan su sistema político, sino porque se oponen a la política de Estados Unidos hacia la isla. Sólo una minoría comunista del planeta apoya instituciones totalitarias como el partido único o la presidencia vitalicia'', dijo Rojas a El Nuevo Herald en una entrevista con motivo del lanzamiento de su libro El estante vacío, literatura y política en Cuba (Anagrama, 2009) este domingo en la Feria Internacional del Libro de Miami, que organiza el Miami-Dade College.
Autor de títulos fundamentales sobre historia y política de Cuba, México y América Latina, como José Martí: la invención de Cuba (2000); Cuba mexicana. Historia de una anexión imposible (2001) La escritura de la independencia. El surgimiento de la opinión pública en México (2003), Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano (2006) --que recibió el Premio Anagrama--, Rojas ganó en octubre la primera edición del Premio de Ensayo Isabel Polanco, dotado con $100,000, con la obra Repúblicas de aire: utopía y desencanto en la revolución de Hispanoamérica, seleccionada por un prestigioso jurado presidido por el escritor mexicano Carlos Fuentes.
"El premio reconoce un aspecto de mi trabajo académico menos conocido que el de los estudios sobre Cuba, el que tiene que ver con la historia mexicana e hispanoamericana del siglo XIX'', informó Rojas, quien se estableció en México a principios de los años 90 para cursar un Doctorado en Historia en el Colegio de México, y en la actualidad se desempeña como investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de ese país.
En El estante vacío, Rojas analiza las relaciones entre letras y poder en los últimos 50 años en Cuba, el rostro que asumió la censura en distintas etapas, la influencia que tuvo la visita de importantes filósofos y escritores como Jean Paul Sartre y Charles Wright Mills a La Habana en los primeros años del proceso revolucionario y a la vez el vacío que dejó en varias generaciones de intelectuales cubanos la decisión de las autoridades culturales de no publicar pensadores clave como Walter Benjamin, en palabras de Rojas, "el marxista más genuino y refinado del siglo XX''.
También se pasa revista a aquellas figuras literarias de la isla que por mostrar su desacuerdo con el sistema o elegir el camino del exilio han estado ausentes de los catálogos de las editoriales.
Para explicar el título de El estante vacío, Rojas se remite a ese momento de cambio: la caída del muro de Berlín, la descomposición de la Unión Soviética y la transición a la democracia en Europa del Este, cuyo impacto en la vida cultural cubana, en su opinión, ha sido poco reconocido. "Hacia 1992 el poder de la isla reformuló discretamente la ideología oficial y comenzó a priorizar sus conexiones con el nacionalismo revolucionario y el latinoamericanismo antiestadounidense'', dijo.
"El título me sirve para reconstruir ese proceso de mutación doctrinal y, a la vez, para aludir al inmenso volumen de obras y autores importantes no editados en el último medio siglo, por contravenir dicha ideología oficial''.
Rojas no considera que se pueda hablar de un período de "apertura'' en la isla, sin embargo reconoce que en la primera mitad de los años 90, en un reajuste de la ideología oficial, se produjo una flexibilidad que permitió la edición de autores republicanos o exiliados, como Jorge Mañach, Gastón Baquero, Lydia Cabrera, Severo Sarduy o Eugenio Florit. "Además de limitadas --dada la cuantiosa obra de cada uno de ellos-- esas ediciones no reconocen la condición exiliada y la legítima oposición de esos autores al gobierno de Fidel Castro'', señaló. Para entender el porqué se publican en la isla algunos escritores cubanos que viven en el exterior, es necesario repasar la clasificación que hizo el Ministerio de Cultura a mediados de esa misma década y que aún mantiene en pie.
"Estaban los escritores de la "cubanía'' (los "revolucionarios'', "socialistas'' y comprometidos con el régimen), los de la "cubanidad'' (los no comprometidos, pero que no "atacan'' a la Revolución) y los "anticubanos'', donde somos incluidos todos los que criticamos públicamente el sistema político de la isla'', desglosó Rojas que, entre el 2002 y 2006, cuando era codirector de la revista Encuentro, fue víctima de actos de repudio organizados por el gobierno cubano en presentaciones de sus libros en México y España. "El embajador cubano llegó a solicitar a las autoridades del CIDE mi salida de la institución, como condición para el intercambio académico con la isla'', detalló.
¿Qué resulta realmente intocable en la Cuba de hoy para los escritores? "La interdicción se traza en torno a las figuras de Fidel y Raúl Castro y el partido único. Muchas críticas a la política económica o social del gobierno, a la ideología oficial o a la propia clase política insular son toleradas, siempre y cuando no impliquen un cuestionamiento de esas dos figuras y de la institución rectora del Estado, el Partido Comunista'', señaló Rojas, que no ha vuelto a la isla desde 1994.
Con una prosa clara y de alto nivel literario, que dice inspirarse en "la gran tradición del ensayo cubano cultivado por Félix Varela, José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero, José Martí y otros intelectuales que estudió en su libro Motivos de Anteo, Patria y nación en la historia intelectual de Cuba (2008), Rojas dedica un apartado en El estante vacío --en el epígrafe Después del Mesías-- a pensar La Habana después de Castro. "Esa Habana posterior al Mesías, como lugar imaginado por la literatura, ya comienza a leerse en algunos autores de la isla o de la diáspora como Abilio Estévez, Antonio José Ponte, Ena Lucía Portela y Orlando Luis Pardo Lazo. El caudillo aún vive pero la relación de esos escritores con la ciudad trasmite la idea de un tiempo virtual o imaginario, posterior al tiempo histórico del castrismo'', concluye.
Rafael Rojas ofrece la conferencia Los futuros de Cuba, viernes 13, 6:30 p.m. en la Casa Bacardí de la Universidad de Miami, 1531 Brescia Ave. y el domingo a las 2 pm. presenta El estante vacío en la Feria Internacional del Libro de Miami, en el salón 3313-14. del recinto Wolfson del MDC, 300 N.E Segunda Ave.

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