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jueves, 3 de junio de 2010

EL DIABLO VISTE SOTANA EN LA HABANA





Soy fiel al laicismo, al día de hoy la iglesia salvo sus doctrinas, me ha mostrado pocas acciones como para depositar confianza en ella como institución, la veo como un sindicato más, con capacidad de presionar a un estado de acuerdo al número de fieles asdcriptos. Por ello soy fiel defensor del estado laico, donde la religión no tenga poder de decisión sobre las leyes ni los preceptos morales de una sociedad.

No voy a hacer un recuento histórico de la iglesia católica, seré tan sintético que sólo mencionaré palabras: inquisición, hoguera, nazismo. Es obvio que si se busca la relación de diferentes pontífices y sus seguidores con cualquiera de las tres palabras hay elementos más que suficientes para ser cuando menos reservado al emitir pronósticos con respecto a cualquier acción clerical. Y para no herir susceptibilidades no incluí la repulsiva y detestable pederastia, sería realmente demoledor, no me placen los intermediarios, ni siquiera con Dios.

La iglesia se contradice a cada instante y es inadmisible que la iglesia cubana se convierta no en mediador, sino en interlocutor del estado cuabno que no ha hecho otra cosa que asfixiar su rebaño durante décadas. La iglesia en épocas anteriores ha sido clara en referencia al comunismo. En 1891 el Papa León XIII emite una encíclica, el Rerun Novarum donde señala:

“... Para remedio de este mal, los socialistas, después de incitar en los pobres el odio a los ricos, pretenden que es preciso acabar con la propiedad privada y sustituirla con la colectiva, en que los bienes de cada uno sean comunes a todos, atendiendo a su conservación y distribución los que rigen al Municipio, o tienen el gobierno general del Estado. Con este pasar los bienes de las manos de los particulares a la comunidad, y repartir luego esos mismos bienes y sus utilidades con igualdad perfecta entre los ciudadanos, creen que podrán curar la enfermedad presente Pero muy lejos está este procedimiento de poder dirimir la cuestión, antes bien perjudica a los obreros mismos; y es, además, grandemente injusto, porque derriba el derecho de los que legítimamente poseen, altera la incumbencia y deberes del Estado e introduce una compleja confusión en el orden social...”

Más tarde en 1931, Pío XI señala en otra encíclica:

"...Procurad Venerables Hermanos, que los fieles no se dejen engañar. El comunismo es intrínsecamente perverso; y no se puede admitir que colaboren con él, en ningún terreno, quienes deseen salvar la civilización cristiana. Y si algunos, inducidos al error, cooperasen a la victoria del comunismo en sus países, serían los primeros en ser víctimas de su guerra; y cuanto las regiones, donde el comunismo consigue penetrar, más se distinguen por la antigüedad y la grandeza de su civilización cristiana, tanto más devastador se manifestará allí el odio de los sin Dios.

...Los pobres en efecto, son los que están más expuestos a las insidias de los agitadores que explotan su desgraciada condición para encender la envidia contra los ricos y excitarles a tomar por la fuerza lo que les parece que la fortuna les ha negado injustamente; y si el sacerdote no va a los obreros y a los pobres, para prevenirles o para desengañarlos de los prejuicios y falsas teorías, se convertirían en fácil presa de los apóstoles del comunismo...”.

Años más tarde Pío XII es más conciso:

"...hemos evitado... el convocar a la Cristiandad hacia una cruzada. Mas podemos exigir una plena comprensión del hecho de que, ... debemos lamentar con profunda pena que algunos católicos, eclesiásticos y seglares, presten su apoyo a la táctica del confusionismo ,... Por lo demás ¿ a qué fin discutir sin un común lenguaje, o cómo es posible encontrarse, si los caminos son divergentes, esto es, si una de las partes obstinadamente rechaza y niega los comunes valores absolutos, haciendo así irrealizable toda ‘coexistencia’ en la verdad?...”

¿Qué hacen sentados con el dictador los arzobispos de La Habana y Santiago de Cuba, Jaime Ortega y Dionisio García?, ¿representan a Dios al convertirse el interlocutores de un sistema comunista?. La disidencia los tiene calados como un brazo más del régimen, les conocen. Hoy el diablo por La Habana viste sotana.

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