FUNCIONARIOS DE ESTADOS UNIDOS Y CUBA SE REUNEN PARA HABLAR DE MIGRACIÓN
Una delegación cubana se reunió el viernes en esta ciudad con otra estadounidense para abordar el tema migratorio, uno de los pocos en los cuales ambos países mantienen intercambios oficiales.
Además de evaluar el comportamiento de los acuerdos migratorios entre los dos países, la reunión también sirvió para "establecer mecanismos más efectivos de cooperación en el enfrentamiento al tráfico ilícito de personas'', según un comunicado emitido por la Sección de Intereses de Cuba.
Aunque el anuncio no especificó cuáles son los nuevos mecanismos de cooperación, sí menciona que la delegación encabezada por el viceministro de Relaciones Exteriores Dagoberto Rodríguez, propuso celebrar un encuentro binacional de expertos para "combatir el uso de documentos de viaje falsos''.
Rodríguez ratificó la posición del gobierno cubano, según la cual no puede alcanzarse una emigración legal y ordenada mientras Estados Unidos mantenga en vigencia su política migratoria conocida como "pies secos-pies mojados''.
Según esa ley, los cubanos detenidos en el mar son repatriados a la isla, y quienes tocan territorio estadounidense generalmente pueden quedarse.
"Estos componentes de la política migratoria de los Estados Unidos hacia Cuba violan el espíritu y la letra de los Acuerdos Migratorios. Además, constituyen el principal estímulo a las salidas ilegales desde Cuba y al tráfico de personas, al permitir la admisión automática en el territorio de los Estados Unidos'', a quienes logran pisar el territorio norteamericano, señaló un comunicado que entregó la cancillería cubana a medios de prensa extranjeros en La Habana.
Pero Washington sostiene que su delegación, encabezada por el subsecretario asistente principal para asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado Craig Kelly, ‘‘afirmó el compromiso estadounidense de promover una migración segura, legal y ordenada''.
Los representantes norteamericanos pidieron además la liberación del estadounidense Alan Gross, detenido en Cuba desde diciembre. La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton había pedido públicamente su liberación la víspera, tras reunirse con la esposa y parientes del contratista.
El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo esta semana en La Habana que Gross se encuentra detenido por "haber cometido graves delitos en nuestro país al servicio de la política subversiva del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba''.
Además, la delegación norteamericana planteó durante la reunión la importancia de que su Oficina de Intereses en La Habana pueda operar "efectivamente'' y que pueda monitorear el bienestar de migrantes repatriados, según el comunicado emitido por el Departamento de Estado.
También reiteró la necesidad de que el gobierno cubano acepte la repatriación de ciudadanos cubanos que Estados Unidos desea deportar porque incurrieron en actos delictivos.
Las relaciones entre ambos países están rotas desde la década de los 60 y Estados Unidos impone duras sanciones a la isla presionando por un cambio en su sistema comunista de gobierno. Sin embargo, a mediados de los 90, tras una crisis migratoria, se firmaron convenios para los viajes de cubanos a la vecina nación.
Estas reuniones binacionales , que se alternan cada seis meses en cada uno de los países, se limitaron a temas migratorios desde 1994 hasta que fueron canceladas durante la presidencia de George W. Bush en el 2003.
Fueron reanudadas el año pasado, y aunque su función principal es analizar el cumplimiento de un acuerdo alcanzado hace 16 años mediante el cual Estados Unidos concede cada año 20.000 visas a cubanos, las partes han aprovechado ocasionalmente para tratar asuntos más delicados.
Ambas partes se han reunido recientemente para abordar el derrame petrolero que ocurre en el Golfo de México.
La misión cubana invitó a la estadounidense a celebrar la próxima reunión en La Habana a fines de año, según el anuncio de la Oficina de Intereses.
Además de evaluar el comportamiento de los acuerdos migratorios entre los dos países, la reunión también sirvió para "establecer mecanismos más efectivos de cooperación en el enfrentamiento al tráfico ilícito de personas'', según un comunicado emitido por la Sección de Intereses de Cuba.
Aunque el anuncio no especificó cuáles son los nuevos mecanismos de cooperación, sí menciona que la delegación encabezada por el viceministro de Relaciones Exteriores Dagoberto Rodríguez, propuso celebrar un encuentro binacional de expertos para "combatir el uso de documentos de viaje falsos''.
Rodríguez ratificó la posición del gobierno cubano, según la cual no puede alcanzarse una emigración legal y ordenada mientras Estados Unidos mantenga en vigencia su política migratoria conocida como "pies secos-pies mojados''.
Según esa ley, los cubanos detenidos en el mar son repatriados a la isla, y quienes tocan territorio estadounidense generalmente pueden quedarse.
"Estos componentes de la política migratoria de los Estados Unidos hacia Cuba violan el espíritu y la letra de los Acuerdos Migratorios. Además, constituyen el principal estímulo a las salidas ilegales desde Cuba y al tráfico de personas, al permitir la admisión automática en el territorio de los Estados Unidos'', a quienes logran pisar el territorio norteamericano, señaló un comunicado que entregó la cancillería cubana a medios de prensa extranjeros en La Habana.
Pero Washington sostiene que su delegación, encabezada por el subsecretario asistente principal para asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado Craig Kelly, ‘‘afirmó el compromiso estadounidense de promover una migración segura, legal y ordenada''.
Los representantes norteamericanos pidieron además la liberación del estadounidense Alan Gross, detenido en Cuba desde diciembre. La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton había pedido públicamente su liberación la víspera, tras reunirse con la esposa y parientes del contratista.
El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo esta semana en La Habana que Gross se encuentra detenido por "haber cometido graves delitos en nuestro país al servicio de la política subversiva del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba''.
Además, la delegación norteamericana planteó durante la reunión la importancia de que su Oficina de Intereses en La Habana pueda operar "efectivamente'' y que pueda monitorear el bienestar de migrantes repatriados, según el comunicado emitido por el Departamento de Estado.
También reiteró la necesidad de que el gobierno cubano acepte la repatriación de ciudadanos cubanos que Estados Unidos desea deportar porque incurrieron en actos delictivos.
Las relaciones entre ambos países están rotas desde la década de los 60 y Estados Unidos impone duras sanciones a la isla presionando por un cambio en su sistema comunista de gobierno. Sin embargo, a mediados de los 90, tras una crisis migratoria, se firmaron convenios para los viajes de cubanos a la vecina nación.
Estas reuniones binacionales , que se alternan cada seis meses en cada uno de los países, se limitaron a temas migratorios desde 1994 hasta que fueron canceladas durante la presidencia de George W. Bush en el 2003.
Fueron reanudadas el año pasado, y aunque su función principal es analizar el cumplimiento de un acuerdo alcanzado hace 16 años mediante el cual Estados Unidos concede cada año 20.000 visas a cubanos, las partes han aprovechado ocasionalmente para tratar asuntos más delicados.
Ambas partes se han reunido recientemente para abordar el derrame petrolero que ocurre en el Golfo de México.
La misión cubana invitó a la estadounidense a celebrar la próxima reunión en La Habana a fines de año, según el anuncio de la Oficina de Intereses.
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