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martes, 8 de diciembre de 2009

EXILIADOS CUBANOS VELAN POR DEMOCRACIA EN HONDURAS



wcancio@elnuevoherald.comEl legendario ex comandante cubano Huber Matos obtuvo la mejor prueba de legitimación de las recientes elecciones en Honduras a través de tres partidarios del depuesto presidente Manuel Zelaya.
"Eran tres señores que estaban cerca de un colegio electoral y me les acerqué para saber lo que pensaban de lo que estaba sucediendo en Honduras'', relató Matos, presidente de la organización Cuba Independiente y Democrática (CID). "Al principio no querían hablarme, pero luego me confesaron que eran gente de Zelaya. Estaban muy tranquilos, observando a la gente votar, como resignados ante la realidad de algo que no se imaginaron. Eran la estampa de una gran derrota''.
Matos, de 91 años, figuró entre los representantes del exilio cubano que fueron invitados por el Tribunal Supremo Electoral de Honduras para fungir como observadores internacionales del proceso electoral celebrado el domingo 29 de noviembre. La delegación de unos 20 exiliados cubanos --en su mayoría residentes en Miami-- estuvo integrada por activistas de derechos humanos, líderes comunitarios, ex prisioneros políticos y veteranos del Ejército de Estados Unidos.
Orlando Gutiérrez, delegado del Directorio Democrático Cubano (DDC), subrayó que la designación como observadores fue un espaldarazo a la autoridad moral y la objetividad de la resistencia cubana desde el exilio.
"Los hondureños vieron que podían confiar en nosotros como fuerza neutral, porque hemos luchado por el derecho a elecciones democráticas en Cuba por 50 años y porque no teníamos compromiso con ningún partido político en Honduras'', indicó Gutiérrez.
Gutiérrez presidió el grupo de 12 delegados de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), una coalición de 60 organizaciones. La Asamblea creó un Comité de Apoyo a la Democracia en Honduras y lanzó en octubre una campaña que recolectó $47,000 y 60 toneladas de ayuda humanitaria para enviar a Honduras.
Junto al resto de delegados de la ARC, Gutiérrez visitó el pasado domingo unas 70 mesas electorales en Tegucigalpa y el municipio Campamento Olancho, a 200 kilómetros de la capital.
"Aunque hubo emisoras radiales que se mantuvieron convocando al boicot y calificando la situación de fascista, vi una población deseosa de votar'', contó Gutiérrez. "La gente acudió a votar en un ambiente de tranquilidad; sólo vi policías y militares cuidando los colegios electorales y bien alejados de las urnas''.
Casi 500 observadores internacionales certificaron la transparencia y organización de las elecciones. Varios gobiernos y organismos internacionales se han negado a reconocer la victoria de Porfirio "Pepe'' Lobo, por considerar que ocurrió a la sombra de un gobierno de facto. Sin embargo, en los últimos días ha aumentado el número de naciones que aceptan la votación, entre ellos algunos que inicialmente la rechazaron.
De acuerdo con las cifras oficiales, el 62 por ciento de electores hondureños concurrieron a votar. El voto en Honduras no tiene carácter obligatorio. Lobo, candidato del Partido Nacional, ganó la presidencia con amplia mayoría.
"He asistido a otras elecciones en América Latina y nunca había visto una elección tan ordenada y con tanto entusiasmo popular'', agregó Matos. "Allí no hubo ni un sólo litigio callejero, y lo que más me impresionó ver que en las mesas electorales, con representantes de todos los partidos políticos, la gente se trataba con un respeto y una cordialidad fuera de lo común''.
Para los exiliados fue una oportunidad dorada que permitió demostrar la madurez política y el reconocimiento público de las agrupaciones y personalidades cívicas de la comunidad cubana.
"Hay muchas organizaciones del exilio que están intelectual y cívicamente preparadas para realizar estas funciones'', opinó el escritor y analista político Carlos Alberto Montaner. "El escrutinio que pueden hacer estos grupos es tan válido como el que pueden hacer entidades como el Instituto Democrático Nacional [NDI] y el Instituto Internacional Republicano [IRI]''.
El NDI y el IRI --ambos patrocinados por el Congreso de Estados Unidos-- enviaron expertos a Honduras para observar las elecciones presidenciales.
Sylvia Iriondo, fundadora de la organización MAR por Cuba, se manifestó igualmente sorprendida por la alegría popular, la participación en el sufragio y el clima de libertad reinante en el país, donde encontró incluso aún colgadas las vallas publicitarias que promovían las obras constructivas del gobierno de Zelaya.
"Me conmovió realmente la actitud de la gente que venía a mostrarnos su agradecimiento por nuestra presencia en medio de la soledad y la apatía de ciertos gobiernos y organismos internacionales'', declaró Iriondo. "Sentí en Honduras el poder de la solidaridad que nos ha faltado a los cubanos en una lucha de más de 50 años por ver a nuestro país en democracia''.
Iriondo observó el cierre de las urnas en el colegio electoral de la Escuela 21 Octubre, en Tegucigalpa, donde fue testigo de un recuento de boletas debido a que faltaba un voto presidencial.
"Fue una fiesta cívica extraordinaria en un clima de total transparencia'', apuntó Iriondo. "Los discursos de descalificación que vienen de La Habana y de los países del ALBA siguen un patrón que tienen mucho de debilidad y desesperación ante lo sucedido en Honduras, porque han perdido una gran batalla democrática''.
Para la delegación de exiliados cubanos resultó particularmente emocionante la visita que recibieron del Arzobispo de Tegucigalpa, Monseñor Juan José Pineda, al término de la jornada electoral.
"Monseñor Pineda llegó al hotel donde estábamos preguntando por los cubanos para darnos las gracias por haber sido solidarios con su pueblo'', contó Iriondo.
A finales de septiembre, Pineda fue la primera personalidad hondureña que visitó a Zelaya tras su entrada en la embajada de Brasil, como parte de las negociaciones de San José, promovidas por el presidente costarricense Oscar Arias.
"Fui a Honduras a tratar de entender y verificar un proceso electoral en un país pobre y de escasos recursos que ha vivido una crisis política'', comentó Gutiérrez. ‘‘Salí de allí con la alegría de haber presenciado unas elecciones transparentes como las que no han existido en Cuba en más de 50 años. Los hondureños tienen la certeza de que ellos han refundado la democracia en su nación''.

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